Del desapego real

En contra de la creencia popular el desapego no significa abstenerse o abandonar la experiencia y no dejar que te impacte, el no apego real es por contrario permitir que la experiencia te penetre, completa, totalmente.

Si intentas evitar entrar profundamente en la experiencia que estás teniendo, nunca estarás desapegado. Desapego significa adentrarse, sumergirse en las profundidades de la experiencia, entrar confiando en que vas a salir de ella con total comprensión.

Soltar una situación o una persona no es ignorarla sino aceptarla sin control

Soltar debe ser un acto de amor no de miedo. 

 

Sin discernimiento, sin conciencia real,

el desapego es tan solo huída de la realidad cotidiana.

El mayor desapego es entregar el ego a los pies de lo divino  ( Sesha)

 La comprensión de uno mismo, de la realidad es desapego.

El conocimiento de si mismo es desapego.

* * *

Ampliar sobre el desapego con el interesante texto: Desapego y no ser codependiente

 

 


 

Cuerpo, Emociones y Ser

Inicialmente, podemos sentirnos unidos con nosotros mismos si esta­mos en contacto con nuestros cuerpos, sintiéndonos totalmente «dentro» de ellos, profundamente en contacto con nuestras sensaciones físicas e inmersos en ellas. Esta sensación de contacto cono nosotros mismos basada en el cuerpo es lo que impulsa a mucha gente a diferentes actividades físicas, que van desde participar en enérgicos deportes hasta ir a entrenarse a un gim­nasio, y muchas personas no «se sienten ellos mismos» si no lo hacen. Además de las razones psicológicas, como la liberación de endorfinas que nos proporcionan buenas sensaciones, el ejercicio nos pone más en contacto con nuestra experiencia inmediata, y por ello nos sentimos más en contacto con nosotros mismos. En algunos casos se da esa adicción a la fuerte descarga física y si no se tiene parece que nos falta algo. No obstante, este nivel de acceso a nosotros mismos está limitado por el tiempo y por la salud; la enfermedad o la incapacidad física y el  envejecimiento limitan en gran medida esta forma físicamen­te dependiente de entrar en contacto con nosotros mismos.

Otras personas se sienten en contacto con ellas mismas cuando están experimentando sus emociones. La catarsis emocional puede conducir a una sensación de conexión interior, especialmente en los que tienen dificultades de acceder y/o expresar sus emociones. Tal liberación emocional es muy útil y necesaria en determinadas etapas del trabajo interior, cuando tra­tamos con la represión y la inhibición emocional, pero una vez hemos teni­do acceso a nuestros sentimientos y hemos podido expresarlos fácilmente, la catarsis continua puede ser improductiva. Muchas personas se vuelven adictas al desahogo emocional porque les proporciona un estímulo rápido y les hace sentirse conectados con ellos mismos. Como las emociones son los sentimientos de la personalidad -en el Ser no experimentamos los esta­dos emocionales como normalmente creemos que son-, con el tiempo esta dependencia de la expresión y la descarga emocional sólo sirve para apoyar nuestra identificación con la personalidad. Como las emociones parecen ser la clave para poder contactar con nosotros mismos a este nivel, también las tomamos como algo definitivo y no cuestionamos nuestras reacciones, y así nos mantenemos apegados a ellas.

Por otro lado, adentrarnos en nuestras emociones y atravesarlas sin quedarnos en ellas puede conducirnos más allá de la personalidad hasta el dominio del Ser, y esto es parte de la razón por la cual el contacto emocional es necesario para nuestro desarrollo espiri­tual. Esto también es necesario si vamos a hacer el duro trabajo de digerir totalmente y transformar la personalidad, en lugar de simplemente pasar por encima de ella.

A medida que progresa nuestro desarrollo, sentirnos verdaderamente en contacto con nosotros mismos significa estar en contacto con el Ser. Antes de eso, cuando nos sentimos abrumados por las sensaciones físicas debido al dolor o a la enfermedad, y no podemos ir más allá, no nos sentimos en contacto con nosotros mismos. Cuando nos encontramos dentro de una sacudida emocional, no nos sentimos en contacto con nosotros mismos.

 Sólo cuando estamos profundamente en el momento y nuestra conciencia está anclada en sus profundidades, sentimos que hemos llegado a nuestro centro. En esta fase, sabemos que somos el Ser.

Esta experiencia de nosotros mismos como el Ser se llama el Punto o el Yo Esencial en el lenguaje del Enfoque del Diamante. Es el nivel de contacto con nosotros que se ha descrito antes, en el cual sabemos que somos el Ser. En vez de identificarnos con nuestro cuerpo o nuestra personalidad y nuestras emociones o reacciones, sabemos que lo que realmente somos es la Naturaleza Verdadera. Esta experiencia es lo que se conoce en la literatura espiritual como autorrealización, despertar o ilumina­ción, que son diferentes maneras de describir la experiencia de adquirir la con­ciencia de quienes realmente somos.

N. Maitri

 

 

 

 

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