Autoengaño e irracionalidad en la vida cotidiana

Las concepciones previas suelen pesar más que los datos a la hora de hacer interpretaciones. Existe una tendencia en las personas a negar los hechos que refutan sus interpretaciones y a aceptar aquellas que la confirman. Cuando un sujeto sostiene fuertemente unas ideas o creencias, toda nueva información  que sea contradictoria con ella es escasamente eficaz para modificarla.

Si  sostiene fuertes expectativas sobre algo, suele pasar por alto las evidencias que chocan con ellas. Si consideramos que las características fundamentales del pensamiento racional son la coherencia, el respaldo de datos relevantes y ser susceptible de corrección, se puede afirmar que en la vida cotidiana la norma es la irracionalidad. Existe una tendencia a extraer conclusiones precipitadas, que dan lugar a errores. Nos puede llevar a odiar la verdad porque hemos invertido mucho en la no verdad.

El autoengaño consiste en negarse a ver o aceptar argumentos lógicos o evidencias que son opuestos a los propios.  ¿Cómo no autoengañarse por conveniencia? Necesaria observación en el pensar y la acción, como afectamos a los demás. Intervención del pensamiento en busca de seguridad, justificación, autoprotección, posición, prestigio, poder. Cuanto más fuerte es el autoengaño, con más vitalidad lo impondremos a los demás. Factor clave es ese deseo de ser algo, la competencia, la comparación. El autoengaño es una forma de escapar de la oquedad del yo-. El ego utiliza como defensa el autoengaño.

Muchas personas viven distorsionando la realidad para tapar su miedo al fracaso, su dificultad para aceptar la frustración, su temor a enfrentar sus emociones propias o a cambiar su vida, su zozobra ante el juicio negativo de los demás. Se autoengañan creyendo que podrán mantener bajo control aquellas ideas y emociones que consideran válidas. Se recurre a distintos mecanismos psicológicos, como la represión, mediante la cual se inhibe o excluye de la consciencia, y se entierran en el olvido, anhelos y recuerdos. Existe la tendencia a colocar la responsabilidad de ayudarnos en los demás a través del victimismo.

¿Cómo asumir realmente lo que es si tengo un juicio acerca de lo que debía haber sido o debe ser mi vida? ¿Qué es lo que hace que quiera aparentar estar bien? Ser o parecer.

Distorsión de la realidad para tapar su miedo al fracaso, su dificultad para aceptar la frustración, su temor a enfrentar sus emociones propias o a cambiar su vida, su zozobra ante el juicio negativo de los demás. Se autoengañan creyendo que podrán mantener bajo control aquellas ideas y emociones que consideran válidas. Se recurre a distintos mecanismos psicológicos, como la represión, mediante la cual se inhibe o excluye de la consciencia, y se entierran en el olvido, anhelos y recuerdos. La proyección, por la que pongo en algo externo fuera de mi lo que rechazo. Existe la tendencia a colocar la responsabilidad de ayudarnos en los demás a través del victimismo.

Estar a la defensiva significa reaccionar en  el presente con la carga del pasado y anticipando una amenaza futura.  ¿Quién se siente atacada? El ego. El ego utiliza como defensa el autoengaño.

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LA PROYECCIÓN: DISTORSIONAR LA REALIDAD EN BENEFICIO PROPIO
Proyección psicológica. (cargo sobre ti mi responsabilidad o culpa)

El amor, es en ocasiones un contexto muy propicio en el cual desarrollar la proyección psicológica. Pero el verdadero problema, el más complejo, sucede cuando se pone en práctica una proyección claramente negativa. Ahí donde la persona que la ejecuta, tiene unas evidentes carencias emocionales, atribuyendo en otros, pensamientos llenos de rabia o ansiedad.

Hablemos sobre los sentimientos de culpa, y de cómo en ocasiones, lejos de asumirlos y afrontarlos, se apuntan al exterior con la intención de herir a los demás. A los que tienen más cerca, a los que supuestamente, más aprecian. Empecemos poniendo un ejemplo. Tu pareja es una persona insegura que teme el compromiso o tiene miedos o complejos. Lejos de asumir esa realidad, empieza a creer que el otro es un amplificador de su sufrimiento y de alguna manera lo traslada a la relación.  Lejos de afrontar su parte, dispara su rabia o malestar con afilados dardos, y proyecta sus emociones negativas en tu persona porque de ese modo, consigue todas estas dimensiones:

1. Ignorar el problema y atribuirlo a los demás.
2. Liberarse de esa carga interna y dejarla en el exterior, en las personas que están a su alrededor.
3. Generando culpa en los demás, consigue una clara posición de poder. “Yo NO tengo el problema”, lo tienen los DEMÁS, el mundo es quien debe moverse mi alrededor, no yo.
4. Al interpretar que son los demás quienes tienen el verdadero problema, logran distorsionar de tal modo su realidad que llegan a creerla. A creer su fantasía, su error, negando así sus verdaderas carencias.

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