Dando espacio al «no hacer»

Son muchas las sugerencias que llegan para mantenernos ocupados o activos. El complemento necesario para el equilibrio y la salud sería cultivar el arte del “no hacer”. No implica una renuncia al “hacer” que seguirá llenando tu día, pero si una invitación a explorar otras partes de la vida habitualmente desatendidas.

Debajo tienes diversas sugerencias prácticas, pero antes conviene comprender lo siguiente:

Las situaciones de limitación suelen tener un sentido más profundo del que percibimos. Ofrecen oportunidades. Así que podemos aprovechar las circunstancias, también cuando la vida nos para. Este aprendizaje te sirve a ti y a este mundo, y es parte básica de la solución a las causas de las crisis que estamos viviendo.

El arte de “no hacer” en forma consciente no es lo que entendemos como “no hacer nada” pero estar entretenidos (ver tv, leer, etc), o no parar de preocuparse por algo, o dormir. Más bien se trata de recuperar el contacto con algo esencial en nosotros y en la vida que es la base de todo.

«La infelicidad humana viene de no saber quedarse quieto en una habitación»

Blaise Pascal

Estas opciones pueden ayudarte a centrarte o a serenarte, y son también una forma de reeducar nuestra atención, y con ello la mente. Este encuentro íntimo contigo mismo lo es con la propia vida. Nutre valores como el amor, la paz o la comprensión de lo importante. Con tantos beneficios, la sugerencia es darle espacio prioritario.

El “no hacer” parece un “hacer” pero si profundizas verás que puede suceder sin quien lo “hace”. A veces lo llaman contemplación o meditación, pero que la palabra no te bloquee, puedes experimentarlo en formas sencillas, y lo importante es la experiencia real.

Querer lograr algo o ser alguien en estas prácticas no es recomendable. Salir del “yo/ego” es parte de este viaje. No es una competición. Mejor que buscar resultados búscate a ti mismo en esa atención plena.

Algo clave en este arte es desactivar en lo posible la tendencia a pensar, nombrar o analizar constantemente. ¿Cómo? Situándote en la pura atención de aquello que se expresa. También es valiosa la atención a la propia atención o presencia que se da cuenta.

El silencio externo e interno en lo posible, es un gran aliado en estas prácticas. A veces identificamos al silencio con algo incómodo, pero el silencio de la conciencia atenta es un silencio muy lleno de si mismo. Un gran aliado y compañero.

Algunas opciones para practicar el “no hacer” con atención:

-Observar un objeto, preferiblemente una planta o naturaleza, sólo observándolo con atención y detalle.

-Escuchar música en su origen de donde viene el sonido.

-Contemplar las nubes o el cielo situándote allí y olvidándote del observador.

– Sentarte o tumbarte con espalda erguida y poner tu atención en la respiración tanto en la inhalación como en la exhalación. Mantenerte lo que puedas simplemente como testigo neutro de la respiración.

-Caminar más despacio de lo habitual donde puedas pasillo, terraza, etc, sintiendo tu cuerpo y/o respiración.

-Tumbarte y hacer un recorrido secuencial consciente de sensaciones del cuerpo, sin reaccionar o buscar que sean agradables, sólo observador de las mismas, de la cabeza a los pies y viceversa. Observando, sintiendo.

-Poner música que te guste en lo posible sin letras, y sin control ni tipo de baile o paso alguno, dejar que el espíritu y el cuerpo se muevan como fluyan en ese momento siendo testigo de lo que está sucediendo.

-Esta es todo un reto ya que desaparece la forma: estar contigo en quietud sin hacer nada, y sólo observar. Puedes observar los pensamientos que vienen y van, las emociones o las sensaciones físicas.

También puedes aprovechar la actividad, el “hacer” para practicar esa atención y presencia que conecta con lo esencial en nosotros mismos. Estando atento a lo que haces y cuando puedas sin arriesgar nada, a la atención misma.

Hablamos de calidad de presencia, de calidad de atención. Se trata de que aquello que es nuestra más profunda naturaleza o identidad sea observado o mejor, nos hagamos conscientes de su presencia. Que nos situemos allí, desde donde podemos contemplar la vida de una manera más consciente.

Gracias por tu atención y buen “no hacer”.

José Ignacio Fernández

Nuestros Retiros  son una excelente forma de experimentar en condiciones adecuadas formas de «no hacer» en forma compartida y guiada. Ampliar información.

 

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