El poder y libertad en las relaciones íntimas

Nuestras relaciones operan frecuentemente en el reino del control y el poder, incluso en las relaciones en igualdad (horizontales), que se dan entre amigos, hermanos o con la pareja. Cuando esa igualdad no es real, como dijera Jung, cuando el amor y poder van juntos se dificultan las relaciones. Es un tema frecuente en las relaciones. No sólo afecta a casos extremos. Está muy extendido con mayor o menor intensidad, al ser consecuencia de impulsos de compensación de sensaciones muy comunes de inferioridad, insignificancia, insuficiencia, impotencia, etc

La intención de este texto es poner un poco de luz en estos tiempos revueltos, en los que mucha gente está sufriendo a muchos niveles. La confusión es grande también en las relaciones. La crisis invita a revisar y expandir nuestra comprensión. Esa mayor conciencia es la puerta a la libertad. Por encima de juicios morales sobre buenos y malos, víctimas o verdugos, lo cierto es que sufrimos innecesariamente, y una visión ampliada puede ayudarnos. Ver la realidad, comprender : “La verdad os hará libres”.

Como suelo comentar en charlas o en los grupos con los que trabajo, no existen reglas fijas. Cuando nos encarcelamos en conceptos rígidos obstaculizamos las soluciones. Cada caso debe ser considerado en su contexto. La mirada ha de ser limpia, exenta de prejuicios y preferencias.

Esta es una invitación a observar lo propio, porque es ahí donde existe posibilidad de acción real. Lo inteligente es mirarlo con atención aunque se piense que no es el caso. Vamos a ello. Premisa básica: Arriesga  y daña a uno mismo y a una relación el tratar al otro como uno no permitiría o quisiera ser tratado. También exigir al otro lo que uno mismo no hace o lo que no aceptaría ser exigido.

Como dice M. Ruiz el miedo está lleno de condiciones: Te amo si permites que te controle, si te ajustas a la imagen que he creado de ti de cómo debes ser…  y como no eres ni serás como esa imagen entonces te juzgo por ello y te declaro culpable. Con todo esto perdemos el respeto y evitamos la responsabilidad.

Cuando en relaciones entre iguales, se rompe a algún nivel la igualdad de trato, de derechos, de comunicación, del dar y el recibir esencial en una relación íntima, entonces se está desequilibrando la  relación. Se deja de tener en cuenta, escuchar, de ver realmente al otro como realmente es.

Esto puede suceder en algún área de la relación y no en toda, uno puede ser muy suave e incluso inhibirse con algunas personas y autoritario con otras. En una relación puede ser más o menos claro. En algunos casos esta situación se da en el inicio de la relación, buscando una persona “cómoda, dócil, débil o herida”. “Tu permanece débil y yo seré el fuerte”. O alguien que me quiera tanto que “que se adapte a mi vida “…lo que veladamente implica “no a la tuya”.

En otras ocasiones, este desequilibrio se produce en una fase posterior de la relación, ante la aparición de la intimidad o las dificultades en la amistad o en la pareja, el ego reacciona con una postura de fuerza tomando el poder en algún área, limitando a la  otra persona, con un mensaje implícito: acepta mis condiciones o asume las consecuencias: no tratarte bien, indiferencia, incomunicación, no quererte, abandonarte, dejarte…pero quien impone esto se ha abandonado a si mismo hace tiempo.

En cualquier caso, la igualdad significa también corresponsabilidad. Por lo tanto también quien acepta una posición de sometimiento en una relación ha de ser consciente de las consecuencias negativas de permitir tales actitudes para el mismo y para la otra persona. Afrontarlo con valor, con ayuda profesional si es necesario. Recuperar así su derecho a ser tratado adecuadamente, con dignidad y su capacidad de poner límite. Incluso si esto le llevara a ser excluido, o a tener que abandonar la relación si no fuera posible otra opción en ese momento. Ha de hacerlo por dignidad y por amor bien entendido, a si mismo y a los demás.

El amor se funda en la igualdad y en la libertad. Si se basara en la subordinación y la pérdida de la integridad de alguna de las partes, no sería más que dependencia masoquista, cualquiera que fuera la forma de racionalización adoptada (Erich Fromm)

Las dinámicas familiares son siempre una referencia y base de futuras relaciones. Uno puede observar si ha tenido o tiene una relación de igualdad u horizontal con sus hermanos. O si existe más bien una toma de control o relación de poder donde la igualdad es quebrantada, con mayor o menor imposición. Ver todo tipo de desvalorizaciones con las que aprovechamos para activar posiciones de superioridad. También conviene revisar nuestra posición y relación en la familia en general, incluidos los padres. Todo esto refleja conductas de riesgo trasladables a relaciones futuras, y la de pareja no queda excluida.

¿Por qué sucede que alguien controle o tome el poder en relaciones al mismo nivel?

La estrategia para sobrevivir  suele ser una defensa de la sensación de impotencia. Para ello no se deja entrar al otro, y se hace tomando el control de la relación o invadiendo al otro (“yo puedo decir o hacer ciertas cosas pero tu no…si lo haces te…”). El yo/ego se reafirma y crece descalificando al otro para así retirarle o desactivar su poder o someterle de alguna manera. Utilizará distintas vías para tal fin.

Si nos sentimos impotentes o incapaces buscamos entrar en relaciones donde tengamos el poder. Pero el que toma el poder en un movimiento autoritario en alguna forma, tiene miedo por sus propias carencias o debilidades. Y lo compensa en las relaciones con una toma del control preventiva porque teme que el otro haga lo mismo. Percibe amenazas irreales o distorsionadas. Puede sentirse miedo ante el potencial de la otra persona, o simplemente ante la intimidad. Ocurre cuando se ve al otro desde el ego, lejos de verlo como compañero: “El amor es, yo estoy a tu lado, no estoy contra ti” (T. Mello)

Los niños heredan las dinámicas no resueltas por los padres. Estas tendencias de control y de poder se aprenden generalmente en la familia donde un padre hacía lo mismo. Entonces el niño/a repite el patrón familiar. Y como adulto luego lo confirma. Como teme que el otro tome el control en la relación lo hace el primero, en muchos casos, sin reconocerlo. No se da cuenta de su patrón subconsciente, y cuando es advertido, tenderá a defenderlo. Le parece normal lo que hace. No es objetivo y como en otras situaciones no es así, puede engañarse y negar la realidad. Tales acciones quedan muchas veces escondidas en la intimidad de los personajes, en cuidadas formas o sutilezas. Un mundo de ocultas sombras que se exportan al exterior.

En la práctica las personas tiende a reaccionar con el orgullo que separa: cuando consideran que alguien les ha herido, aparece la tentación frecuentemente ejercida, de expulsarle de nuestra vida, de olvidarnos de esa persona. El orgullo egoico sustituye al reparador y perdón. Otro riesgo en las relaciones es la proyección negativa sobre el otro para no ver lo propio y trabajarlo. La autojustificación que paraliza e impide crecer, o el recurso al “tu también o tu más” como excusa que me permite seguir haciéndolo porque tu también lo hiciste o lo haces, o porque no eres perfecto… otra irresponsabilidad vital.

Requiere mucha humildad ver qué hacemos realmente. Una  voluntad decidida a conocer la verdad y sus consecuencias. Eso es amor real. Implica escuchar de verdad lo que nos dicen los afectados, espejos que nos reflejan. Como dice Tolle la relación no está para hacerte feliz, esa es tu responsabilidad, está para darte una oportunidad real de crecimiento. El otro no es una amenaza o enemigo sino un compañero.

Esperar que alguien venga a llenar nuestras carencias es un error. Es tarea propia, y existen profesionales para trabajarlo. Los amigos o parejas no pueden ser un lugar donde depositar nuestros residuos o negatividades en forma habitual. No es aceptable el maltrato. Una relación consciente nos permite mucho una inconsciente puede activar tendencias insanas: apegarse compulsivamente, o en el otro extremo,  huida prematura de experiencias y relaciones, cuando el compromiso o la campana de la intimidad real suena.

¿Si algo de esto sucede en mis relaciones implica que no son posibles?

No siempre. Si ambas personas toman conciencia de ello, e inician un camino de transformación con humildad y respeto hacia el otro, entonces nacerá una relación nueva entre ellos. Si sólo hace el camino uno de ellos, entonces el cambio de éste provocará el cambio en la relación o la ruptura temporal o definitiva. A veces sucede que las personas necesitan separarse o tomarse un tiempo para darse cuenta e iniciar sus procesos de transformación para más tarde crear una relación nueva entre ellos, que tendrá bases diferentes más saludables, y se dará en un tiempo y contexto nuevo.

Enamorarse es amar las coincidencias. Amar es enamorarse de las diferencias. (Bucay)

Llevamos a las relaciones nuestros parásitos mentales y emocionales, nuestras irreales insuficiencias.  La salida es hacer nuestra parte, bajar a nuestro particular desván a hacer limpieza. Esto vale mucho la pena. Es la limpieza más importante de nuestra vida. Aprender a desaprender creencias, hábitos y conductas, solos y con ayuda externa. El conocimiento de uno mismo, la presencia, atención plena son fundamentales para un trabajo integral. Son tiempos que reclaman atención a lo pendiente.

Amar significa conocerse a uno mismo y ver claramente al otro como realmente es

Es posible vivir relaciones conscientes si reconocemos primero lo propio, si hacemos lo necesario para cambiar actitudes que nos hacen daño a nosotros y a los demás dificultando las relaciones. Aceptación, valoración y perdón abren la vía a una nueva relación. Con esos ingredientes caminemos juntos con mucha atención y respeto, a ti y a mi, que en esencia somos lo mismo.

 © José Ignacio Fernández 

Desde hace años dirige grupos de crecimiento y talleres de meditación integral así como seminarios especializados y retiros, también sobre las relaciones. Puedes ver algunas de sus actividades en esta web y contactar con él a través del correo: jif@valordeser.com 

Feb. 2015

www.valordeser.com

 

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