Comunicación no violenta

SABER COMUNICARNOS ES LA TAREA PENDIENTE DE CADA UNO DE NOSOTROS.

Aunque creamos hacerlo de manera adecuada, surgen conflictos y malentendidos en las relaciones

LA COMUNICACIÓN ES LA PIEDRA ANGULAR DE NUESTRAS RELACIONES. A través de ella nos entendemos y podemos avanzar hacia la creación de un mundo mejor, el problema radica en que no sabemos comunicarnos tan bien como creemos. Hemos sido educado bajo modelos que enfatizan el competir, juzgar y etiquetar junto a la anticipación de los hechos y la clasificación moral del bien y mal. Y esto complica nuestras conversaciones creando malentendidos y provocando reacciones violentas.

Tenemos la costumbre de querer tener la razón, imponer nuestro criterio a los demás y limitarnos a nuestra perspectiva. Escuchar para rebatir o criticar. Un vicio que complica nuestras relaciones y en ocasiones, genera sufrimiento. Ante este panorama y basándose en la premisa de que los conflictos surgen por no saber comunicar clara y adecuadamente las necesidades, Rosenberg ideó un nuevo tipo de comunicación con el objetivo de encontrar un sistema que permitiera comunicarnos de manera más asertiva y coherente con nuestros valores personales. Surgió la Comunicación No Violenta para  reinventar nuestra forma de relacionarnos. Nos ayuda a intercambiar la información necesaria para resolver los diferentes conflictos que surjan desde la empatía y la tranquilidad.

La CNV consiste en hablar y escuchar desde el corazón para conectar con nosotros mismos y con los demás, permitiendo que aflore un sentimiento de compasión. En palabras de Rosenberg “Cuando nuestra comunicación permite dar y recibir de una manera compasiva, la felicidad reemplaza a la violencia y el sufrimiento”.

Los cuatro componentes que hacen posible la CNV, según Marshall Rosenberg, son:

Observar sin evaluar. Saber comunicarnos implica librarnos de la posibilidad de realizar juicios de valor y etiquetaciones. Se trata de convertir nuestras palabras en ventanas en lugar de puertas que bloquean una conversación. Esto no significa que no juzguemos sino que seamos capaces de separar aquello que observamos de nuestros juicios.

Identificar y expresar los sentimientos y las emocionesExpresar cómo nos sentimos desde la responsabilidad facilita la relación con los demás porque les invitamos a conocernos. De este modo nos hacemos visibles y nos podrán tener en cuenta, aunque destapemos nuestra vulnerabilidad por otro lado.

Reconocer y comprender las necesidades insatisfechas que hay detrás de los sentimientos. Este componente hace referencia a la responsabilidad emocional en todo regla. Por lo que los demás no son los causantes de cómo nos sentimos, ya que esa emoción la generamos nosotros. La clave está en saber recoger nuestras emociones y hacernos responsables de ellas. De lo contrario, estaremos regalando a los demás el control sobre nuestra vida. Detrás de cada emoción hay una necesidad escondida.

Utilizar un lenguaje positivo,  sano para pedir acciones que aumenten nuestro bienestar. Cuidar la forma en que nos dirigimos a los demás es fundamental para librarnos de los conflictos y malentendidos. Saber expresar aquello que queremos bajo la tranquilidad y un lenguaje positivos potenciará nuestras relaciones. El tono y la forma son importantes pero también la coherencia y energía, el lugar interior desde dónde lo decimos, que realmente sentimos lo que decimos.

 

¿Y tú qué eres: Chacal o Jirafa? Rosenberg utilizaba dos animales como símbolo para explicar la CNV, que incluso,: El Chacal y la Jirafa. Según él, cada uno de nosotros podía adoptar una actitud u otras en nuestras relaciones.

Las personas ‘chacal’ son predominantes y se definen por comportamientos como la exigencia, la competición, lo bueno o lo malo y el castigo o la recompensa. Utilizan el lenguaje de la crítica destructiva, el sarcasmo y la acusación. Son auténticos obstáculos para una sana comunicación. Por otro lado, las personas jirafa intentan ser objetivas en la medida de lo posible y tienen en cuenta los sentimientos y las necesidades tanto propias como las de los demás. Son aquellos que practican la comunicación compasiva. De modo que si hablamos ‘jirafo’ facilitaremos la conexión emocional con los demás y lograremos una comunicación mucho más efectiva.

Beneficios de la Comunicación No Violenta

§  Crear relaciones personales basadas en la compasión, el respeto y la cooperación.

§  Aprender a resolver conflictos. Sanar experiencias pasadas

§  Saber decir no y aceptar la negativa de los demás. Afrontar sentimientos de culpa, miedo o vergüenza. Desarrollar habilidades de escucha y comprensión

§  Dar fin a formas de pensamiento que nos llevan a discusiones, ira o depresión

§  Identificar las necesidades propias y las de los demás

Si incluimos la CNV en nuestro día a día crearemos conexiones de calidad con los demás en las que tanto sus deseos como necesidades son tenidos en cuenta al igual que lo nuestros.

¿Cómo poner en práctica la CNV?

La Comunicación No Violenta puede aplicarse en todos los ámbitos ya sea el familia o laboral, además de en nuestras relaciones íntimas y en contextos como las negociaciones diplomáticas y comerciales o el asesoramiento psicológico. Todo tiene cabida desde esta nueva forma de comunicarnos. Para comenzar a ponerla en práctica en las relaciones, empezamos por:

 

Conectar con uno mismo. Para crear conexiones sanas y de calidad con los demás tenemos que mantenerlas con nosotros mismos, con nuestros sentimientos y necesidades desde la autoempatía. Esto es desde una profunda y compasiva percepción desde la propia experiencia interior. Cuando seamos capaces de no enjuiciarnos y tratarnos con respeto estaremos preparados para hacerlo con los demás.

Conectar con los demás. Tras este primer paso, pasaremos al siguiente: empalizar con las personas que nos rodean. En este punto intentaremos detectar las necesidades y sentimientos de los demás para fomentar su comprensión y evitar la comunicación agresiva. La clave está en hacer visible al otro en nuestras conversaciones y ser conscientes de su perspectiva. Intercambiar informaciones desde el respeto y la compasión. El último paso consiste en pasar del yo y el tú, al nosotros en un libre intercambio de información de manera equilibrada entre nosotros y los demás desde la honestidad.

La Comunicación No Violenta es dar el corazón para recibir el de los demás y poder comunicarnos desde la calma. Es hacernos visibles para no solo tenernos en cuenta a nosotros sino también a los demás. La CNV es el soporte de las relaciones sanas.  Lara Fabregat

Los 4 pasos para una comunicación No Violenta

Estos cuatro pasos te permitirán ordenar y presentar de manera sistemática aquello que necesitas transmitir a tu interlocutor en el momento en que hay emociones de por medio que podrían enturbiar el mensaje.

“Presentamos un ejemplo de cada uno de estos pasos para poder verlo en acción y ejemplificar su explicación. En nuestro ejemplo imaginamos la escena de dos amigas que quedan solas y una de ellas quiere comentarle a la otra un comportamiento que le sentó mal de ella”.

El primero de ellos es describir objetivamente lo sucedido. Se trata de que con la justa inhibición y reflexión seamos capaces de exponer nuestra realidad, para que el otro pueda entender de dónde viene nuestra reacción. Muchas veces el foco del problema se deriva de este primer punto, ya que no se comparte la misma percepción de la realidad y no sabemos tampoco comunicar esta diferencia clave.

1- Observación de los hechos: ”Sabes María, hay una cosa que te quería comentar. Recuerdas el otro día que estuvimos con unos amigos y reímos tanto en casa de Lucía. Pues bien, en uno de esos momentos en grupo, compartiste con todos ellos un secreto que te había confiado sólo a ti.”

La segunda parte es la puramente emocional. Esta explica e implica al otro diciendo cómo le ha hecho sentir el episodio descrito en el paso anterior. En esta parte dejamos la visión objetiva y utilizamos nuestra auto-observación para poder identificar y contarle con palabras simples qué es lo que estamos sintiendo en este momento. En este punto entra en juego la capacidad empática de nuestro interlocutor, que no puede darse por descontado, y es necesario para que la conversación sea bidireccional.

2- Expresión de los sentimientos: “Esto me hizo sentir bastante incómoda y avergonzada. De repente un tema que ni siquiera yo misma acabo de gestionar, estaba expuesto a todo el grupo y todos lo comentaban libremente. Desde entonces que me siento bastante decepcionada y triste contigo.” La mejor es forma es decir «yo me siento…»

El siguiente paso para expresarnos según la Comunicación No Violenta sería decir qué es lo que necesito para no sentirme así. Ya te he explicado cómo me siento y ahora te cuento cómo me gustaría sentirme en situaciones similares de cara al futuro. Se hace desde una visión más global y no se repara tanto en el detalle de lo recientemente sucedido, sino que se hace una proyección a largo plazo.

3- Expresión de las necesidades: ”Si te lo conté a ti en secreto, es porque eres mi amiga, y necesito saber que te puedo explicar mis problemas y dudas sin exponerme al juicio de nadie más. Debo poder confiar en ti.”

Realizamos una petición formal a nuestro interlocutor a modo de plan de acción y compromiso para poder avanzar en este aspecto y que no quede todo en un simple intercambio de percepciones y creencias.

4- Formulación de la petición: “Así que me gustaría por favor que no vuelvas a desvelar un secreto que te he contado solo a ti delante de todo el grupo.”

Si desde esta comunicación honesta la amiga sabe aceptar lo que le está transmitiendo su amiga, las dos podrán disfrutar de una amistad plena y fuerte.

Como ves en la Comunicación No Violenta se practica tanto la asertividad de uno mismo para poder exponer nuestra posición respecto al tema, como también se pide empatía por parte del otro para poder comprender y aceptar otras percepciones y creencias.

Comenzar a practicar estos 4 sencillos pasos pueden ayudarte muchísimo a mejorar y consolidar tus relaciones. El reto de la Comunicación NO Violenta empieza ya.  (Christian Diaz)

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