Dar un paso más allá de los límites de tu territorio habitual es un acto de heroísmo y valor, y para hacerlo, tienes que ser muy suave contigo mismo al dar este paso. No tienes que ser como el conejo que se pasa todo el tiempo dando vueltas por el pequeño perímetro del mismo territorio. Tu no necesitas estar venga a dar vueltas a las mismas cosas, personas y sitios, buscando constantemente más respuestas antes de iniciar un cambio real o transformación profunda.
No te puedo decir cuanto tiempo te llevará cambiar o cuanta energía tendrá que concentrarse antes del cambio, pero puedo animarte a confiar en el cambio, porque el cambio vendrá: … el cambio está de camino.
También te animo a que encuentres un aliado, alguien que esté allí para apoyarte en tus esfuerzos para dar pasos más allá de tu territorio habitual. Además el cambio se beneficia de aquellas actividades que aportan conciencia y contenidos transformadores.
Hay una línea, algo que debes cruzar, superar. Aquí es donde tu parte con más valor necesita ponerse al frente, la parte de ti que no tiene miedo de enfrentarse a la muerte, porque abandonar viejas conductas y dar pasos hacia algo nuevo se siente como enfrentarse a la muerte. Enfrentarse a un gran cambio puede vivirse con gran temor:
No cambiamos necesariamente hasta que hemos sufrido lo suficiente (Jung)
Las personas no cambian hasta que están realmente motivadas para el cambio, en la mayoría de los casos lo hacen, cuando el sufrimiento comienza a ser elevado, y ya no nos sirve nuestra forma de vida habitual o territorio común. Esperar o crear las circunstancias, el sufrimiento, que nos impulse al cambio, no es necesario. Se puede evolucionar impulsado por el sufrimiento, pero hay otra opción más inteligente también se puede crecer, madurar, evolucionar guiados por la conciencia.
Encontraremos gran cantidad de resistencia al cambio dentro de nosotros mismos. Hay una parte de nosotros que quiere cambiar y crecer, otra que se resiste. La tensión entre mantener el status quo y romper con lo que hay por algo nuevo, deriva en un conflicto interior. Es por esto por lo que necesitamos un aliado a nuestro lado, alguien que pueda decir: “No puedo dar ese paso más allá de la línea por ti, pero estaré a tu lado cuando hayas finalmente alcanzado ese punto más allá del círculo mágico que te rodea”. Además de un aliado, también necesitas paciencia. Lleva tiempo. Sólo lleva tiempo.
Pon atención, no sólo a lo que haces con tus relaciones, sino también a lo que está sucediendo dentro de ti. Estar atento a ti mismo significa crear la quietud suficiente para escuchar tu voz interior.
El cambio surge de la fuerza moral entendida como el valor de actuar.
(fragmentos del libro “Through the looking glass” por Richard Idemon )